El licenciado Jorge Eligio Méndez Pérez dijo en el Altar de la Patria que: “ Desde el cooperativismo, forjamos una Patria que en cada bostezo se nutre del espíritu solidario, de una Nación que en el esplendor de su respiro alberga los anhelos de una justicia social verdadera que hay que conquistar”.
A continuación el discurso completo del dirigente nacional del cooperativismo, parte del homenaje a los fundadores de la Patria:
“ Dominicanos y dominicanas, Cooperativistas que labran con su sudor y su honor la grandeza de la Patria.
Con plena conciencia del deber ciudadano acudimos al Templo de la Patria para honrar a los adalides de nuestras libertades, quienes con su luminoso ejemplo albergan en su espíritu inmaculado la fecundidad de nuestra Nación; cuando sin vacilaciones combinaron su firmeza para hacer la causa de la Independencia su lucha y del respeto a la dignidad humana el auténtico estandarte para vencer la abominable opresión que nos agobiaba; y que en la contemporaneidad mantiene giros de vigencia por la ciega visión de quienes desde las posiciones políticas osan por defender intereses espurios, aunque con sus acciones nefastas conviertan la República entera en un cementerio; cuestión que solo ha de revertirse con la activa participación de ciudadanos y ciudadanas, pero dotados con el mismo pudor trinitario.
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Y así, nos congregamos aquí los cooperativistas que enaltecemos el esplendor de la solidaridad duartiana; la singularidad del bien común redimida por Sánchez; y la hidalguía de la cooperación de Mella; que en su coyunda encuentran perfecta coherencia con los Valores y Principios Cooperativos.
Y que oportuna es la ocasión, porque se conmemora hoy el 205 nacimiento de Matías Ramón Mella Castillo, quien advino al mundo el 25 de febrero del 1816 del vientre de Francisca Castillo para plena satisfacción de su padre Antonio Mella Álvarez; ejemplo de sano matrimonio y valoración de la familia que emuló Matías Ramón Mella Castillo, cuando apenas con 20 años de edad contrae matrimonio en 1836 con la legendaria Josefa Brea, con quien procreó sus cuatro hijos (Matías Ramón, Dominga América María, Antonio Nicanor (padre del activista cubano Julio Antonio Mella) e Idelfonso; quienes con dotes excepcionales vivieron y sintieron los azotes de las contradicciones políticas de su época.
Hoy con sólido carácter ético y responsable seriedad el Jean Pierre Boyer a derrocar y el Charles Herard a vencer es la anomia que con descaro cercena nuestra identidad nacional cuando atrapa la apatía a una juventud que claudica a sus valores porque su esperanza queda sepultada por la indiferencia que prohíja la pobreza y la falta de oportunidades para concretizar sus sueños, la vida en hacinamiento de miles de dominicanos y dominicanas, sin casa ni techo ni hogar, que tienen por escudo el hambre y por bandera sus limitaciones; y estamos llamados a trabajar todos juntos para reconstruir la Patria legada por independentistas.
Así, con la lealtad a la causa trinitaria; encarnando con expresión militante y decidida la inspiración que llevó a que Mella disparara el “Trabucazo” la noche del 27 de Febrero de 1844 en la Puerta de la Misericordia, poniendo fin a la ocupación haitiana y reforzando la gloria inmarcesible de la Patria en la gesta restauradora.
Y como ayer revivimos en el hoy su legendaria frase al producir el Grito de Independencia, de que “no hay tiempo de retroceder, habremos de ser libres o morir, es la consigna… ¡Viva la República Dominicana!” .Con los lauros de los trinitarios, desde el cooperativismo, forjamos una Patria que en cada bostezo se nutre del espíritu solidario, de una Nación que en el esplendor de su respiro alberga los anhelos de una justicia social verdadera que hay que conquistar; de un Estado Dominicano que provoca y convoca a revivir las hazañas éticas del “Grito de Independencia”; y reasumir con mayor tesón los lazos reivindicativos que sepulten para siempre la opresión ignominiosa que degenera de la corrupción administrativa, de los antivalores que se suman a la fatalidad cuando en un torrente de pasiones mezquinas se degrada con yugo muy pesado al campesino que ve perder su producción por carencia de caminos vecinales mientras se anuncian megas obras sin contemplaciones del valor del desarrollo local; a la mujer que con humillante esclavitud es objeto de disimulada perfidia con falsos estereotipos de políticas públicas que en el pretexto de sus promesas no ven vencidas sus dificultades y marchan junto a un pueblo como cadáveres sin suerte, por la desesperanza que causa el desempleo, por la marginalidad que lleva el aumento de los precios de la canasta familiar, donde familias enteras pasan la de Caín por la ignorancia que simplifica el abandono a la trasparencia ciudadana.
Oh, Duarte, Sánchez y Mella!!!!!!, desde el cooperativismo levantamos hoy la Bandera Dominicana para unirla a la fortaleza del Pino Verde de la Redención, para proteger nuestros recursos naturales, nuestro ecosistema, la biodiversidad; pero sobre todo el derecho a que desde una sociedad democrática se respete la pirámide axiológica de la dignidad humana.
En las Cooperativas obramos, trabajamos con fe y ahínco para honrar y mantener con plena confianza el ideario trinitario.
!!!Vivan las Cooperativas como legado trinitario!!!!
Vivan los Padres de la Patria
Viva la República Dominicana”.
Jorge Eligio Méndez, presidente CONACOOP
Consejo Nacional de Cooperativas